Algo cambió en la forma de comprar de las personas no solo en Latinoamérica sino también en el mundo, a partir de todo lo que generó la pandemia de covid-19. Las restricciones para la venta en comercios físicos terminaron de consolidar esa tendencia. El e-commerce se instaló definitivamente en la región por necesidad, pero más por elección: mejores precios, mayor variedad, comodidad, ahorro de tiempo y seguridad dieron el veredicto.
Las compras online, en fechas especiales como el Black Friday, San Valentín, Cyber Monday, y Día de la Madre y el Padre, empezaron a calar hondo en la gente hace muchos años. Aparecieron como una forma distinta de comprar desde la comodidad de su hogar, con ofertas y promociones importantes, y en detrimento de las tiendas físicas.
En tiempos de pandemia esa tendencia comenzó a consolidarse y hoy -con más o menos restricciones- ya es costumbre, y en muchos casos la manera más común y cómoda de comprar de la mayoría de las personas en el mundo.
Por eso, en épocas navideñas, hubo un boom de ventas en línea, centradas principalmente en las plataformas más importantes como la argentina Mercado Libre, líder en la región; las estadounidenses Amazon o Walmart; la singapurense Shopee; las brasileñas Via, Dafiti y Netshoes; la china SHEIN; y la chilena Falabella, con su nueva y consolidada Falabella.com.
Las tiendas online acumulan 1.400 millones de visitas al mes, con una duración media de 9 minutos y 26 segundos. Asimismo, el grado de interacción con la página muestra que estas logran generar un buen tráfico interno. De esta manera, cada usuario navega por alrededor de 4,53 páginas, llegando hasta 12 en casos específicos.
Esto implica una conexión directa de las marcas, al menos las más grandes, con su público, creando una cultura de fidelización. De igual forma 25% de las visitas pertenece al tráfico orgánico, aquel conseguido mediante el posicionamiento en buscadores, siendo así una de las opciones más viables para los pequeños negocios, dada la predominancia de las marcas establecidas.
Finalmente, un 9.6% del tráfico proviene de la publicidad. En cuanto al flujo de visitas desde redes sociales: Facebook y YouTube, dominan este sector específico, pero Instagram y Twitter, también aportan lo suyo. Las grandes tiendas apuestan fuerte con promociones, variedad, precios bajos, sin cargo de envíos y con gran capacidad resolutiva para la demanda del público.
Ahora bien, una de las claves sobre la experiencia de compra en los países de América Latina es la construcción de una marca. Los usuarios prefieren buscar las establecidas a la hora de comprar. Por lo tanto, es importante la creación de un branding, que puede sustentarse con una buena presencia en redes sociales.
En Chile, Mercado Libre, primero, y Falabella, en segundo lugar, marcan tendencia; en México lideran Amazon y Mercado Libre, así como en Argentina y Colombia. Todas ofrecen mayor variedad a mejores precios y el hecho de no cobrar -en muchos casos- por el envío termina de cerrar un combo perfecto para el público.
El Internet pone el mundo al alcance de las manos de todos y lo mismo se aplica al comercio. Las tiendas especializadas que vende todo tipo de productos con envío a casi cualquier país, sin mayor tardanza -y hasta gratis- entendieron el juego.